Es digna de llamarse mamá , quien desea ardientemente tener un hijo por el solo hecho de ser mamá, quien desea participar de la obra de creación de Dios, como formadora de seres humanos, quien antes que otra ambición, ambiciona ser el hogar de una nuevo ser y acepta su enorme responsabilidad de formarlo emocionalmente ante todo, quien acepta la responsabilidad de formar desde sus cimientos a un extraterrestre que no conoce el mundo, no entiende su idioma, no sabe hablar y sin embargo en los primeros meses de su existencia empieza a formar con toda claridad su sistema de preferencias, el me gusta y no me gusta que son los insumos de su interés.
La neurociencia nos indica que el los primeros meses de existencia, se siembran en los bebes, dos tipos de sentimientos : la compasión o el odio y desde luego también, la confianza básica o la desconfianza básica.
Efectivamente aun no habla y no entiende la mayoría de cosas que mamá le dice, todavía esta envuelto en pañales, no sabe caminar, tal vez solo sabe llorar para manifestar que tiene alguna necesidad que demanda atención y sonreír porque se siente satisfecho y comprendido.
Mamá digna, es la única porque así lo quiso el Creador y para eso nació conformada en mujer, en saber escucharlo y comprenderlo en lenguajes no verbales y en ese mismo lenguaje no verbal sabe hacerle comprender a su bebé, que es escuchado, comprendido y satisfecho en sus necesidades con amor y enorme ternura.
Esta siembra de buenos sentimientos : compasión, amor, confianza, paz, ternura, paciencia etc. que en sus múltiples “ Protoconversaciones” ( término acuñado por la Neurociencia para los diálogos no verbales mamá-bebé) están formando al bebé con seguridad y firmeza para encarar el futuro que le espera en su crecimiento.
Estos sentimientos sembrados por mamá digna, serán determinantes en como su bebé manejará sus sentimientos íntimos en su vida de adulto.
Claro que también mamá digna se dará a la tarea de enseñar cosas más burdas: caminar, no usar pañales, usar cuchara, hablar, etc. Cosas muy importantes también en donde poco a poco irán colaborando los demás miembros de la familia.
Pero lo primero, los cimientos emocionales son determinantes en la actitud que el bebé ira tomando al enfrentarse con la vida. Serán determinantes en su desarrollo escolar. Serán determinantes, para acabar pronto, en el éxito o fracaso de sus relaciones sociales y la adecuada gestión de sus propias emociones.
Entonces si quiero dar mi opinión sobre quien es esa mujer que es digna de llamarse mamá, diré que yo siento que es, esa mujer que tiene la actitud valiente esforzada y constante de participar en la formación integral de su hijo con absoluto amor, ternura, paciencia y entrega.